Ásgeir regresa con “Smoke”
En su quinto álbum de estudio, Julia, disponible el 13 de febrero a través de One Little Independent Records, el cantautor islandés Ásgeir se adentra en un territorio intrigante y desconocido. Tras años colaborando con traductores como John Grant y trabajando con la poesía de su padre, Einar Georg Einarsson, Ásgeir ha escrito sus propias letras por primera vez en su larga y célebre carrera. El resultado es una obra profundamente contemplativa, impregnada de nostalgia, que ve a Ásgeir meditar sobre sus arrepentimientos del pasado y sus esperanzas para el futuro, guiado por el espectro del personaje que da título al álbum.
Su nuevo sencillo, “Smoke”, se grabó en directo con un cuarteto y posteriormente se superpuso con un órgano. La canción gira en torno a «sentir que has perdido tu voz interior. Hace unos años, sentí que la ignoraba tanto que al final se desvaneció, tanto en la música como en la vida, y fue terrible. Sentí que la había contrariado tanto que dejó de hablarme. En cierto modo, siempre he sentido que es una voz femenina y maternal que te guía en la dirección correcta». Esa influencia maternal es un tema recurrente en el LP y, en muchos sentidos, Julia es un concepto que ha llegado a encarnar la trayectoria personal de Ásgeir. Un vídeo de sesión en vivo, minimalista, acompaña el lanzamiento, ofreciendo una mirada íntima y sincera tras bambalinas. Aquí, el arreglo se mantiene minimalista, dejando traslucir la melancolía y el dolor de la desconexión.
Ásgeir ha sido reconocido durante mucho tiempo por su intrincado folk-pop, su exuberante producción y su melancólico y emotivo falsete. Julia marca un cambio no solo hacia la autosuficiencia lírica, sino también hacia una franqueza catártica, canciones que no solo se sienten exquisitamente interpretadas, sino también vividas. “Esta fue, en cierto modo, la primera vez que escribía letras completamente solo”, comparte. “Daba miedo. Todavía estoy intentando encontrarme a mí mismo en ese contexto. Pero intenté abrirme y aprendí mucho en ese proceso, y sin duda fue terapéutico”.
Esta nueva sensación de vulnerabilidad se entrelaza con los diez temas del álbum, escritos y grabados a lo largo de casi dos años. Muchas de las canciones se compusieron inicialmente con guitarra, y Ásgeir apostó por la simplicidad, priorizando la melodía, la claridad y el significado. La producción, codesarrollada con su colaborador de siempre, Guðm. ‘Kiddi’ Kristinn Jónsson, se mantiene orgánica y discreta, permitiendo que la voz de Ásgeir, y sobre todo su voz como compositor, se manifieste.
Nathaniel Smith, de Nashville, violonchelista al que Ásgeir describe como “un mago”, añade una atmósfera envolvente aquí y a lo largo de todo el disco, improvisando melodías que dan vida y dimensión a los temas de maneras que Ásgeir no había imaginado.
Estas grabaciones reflejan el espíritu del reciente regreso de Ásgeir a las giras, con más de 70 conciertos por Europa, los países nórdicos e Islandia, a menudo en pequeñas iglesias o espacios tranquilos. Estas actuaciones lo reconectaron con la esencia de su música: la narrativa, la presencia y la quietud compartida. Musicalmente, el disco se adentra en la arraigada pasión de Ásgeir por el folk y la música americana. Cita influencias que van desde Daniel Lanois, Leonard Cohen y Nick Drake hasta artistas contemporáneos como Adrianne Lenker, Dina Ögon, Gregory Alan Isakov y Saya Gray.
Ásgeir es uno de los artistas islandeses más exitosos. Su álbum debut, Dýrð í dauðaþögn, se convirtió en el álbum debut más vendido de la historia de Islandia, dando lugar a la versión en inglés In the Silence en 2014. Continuó perfeccionando su sonido con Afterglow en 2017, Bury the Moon en 2020 y Time on My Hands en 2022, recibiendo elogios de la prensa y la radio de todo el mundo, incluyendo medios como The Independent, MOJO, NME, The Line of Best Fit, Clash Magazine, BBC 6 Music y Radio X.
En los últimos años, también tocó junto a la Orquesta Sinfónica de Islandia y grabó una sesión en directo para Arte TV en Berlín. Escribió una canción para una obra kafkiana que se presentó en el Teatro de la Ciudad de Reikiavik, titulada “Sýslumaður Dauðans”.
En Julia, Ásgeir no se limita a mirar atrás, sino que lleva estos recuerdos al futuro, rehaciéndolos. Estas canciones viven en el espacio entre la reflexión y la reinvención, donde el pasado se suaviza y el horizonte del futuro se enfoca.




